19 de noviembre de 2011

ENERGÍA TERMOSOLAR

Planta termosolar de torre central española.
Entre las energías renovables las plantas termosolares de reflector parabólico logran el precio de producción eléctrica más bajo de todas. Si buscamos una opción renovable para producir electricidad a precios muy competitivos tenemos que adoptar este tipo de tecnología. Los números nos dan la razón, el coste de producir electricidad de éste tipo de plantas ronda los (0,16 - 0,23 euros/kWh), frente a la media de (0,48 -0,67 euros/kWh) de la energía eólica.

De las platas termosolares actualmente en comercialización, las de espejo parabólico son las más comunes, mientras que las de receptor central (imagen superior) siguen en una etapa previa a la plena implantación comercial. En las plantas termosolares más comunes un espejo parabólico va siguiendo al Sol durante el día, enfocando la luz sobre un tubo central donde se calienta un fluido que puede ser oleoso o acuoso. El tubo serpentea por los distintos receptores parabólicos hasta llegar a unos 400ºC a un intercambiador de calor, en donde se genera el vapor necesario para mover las turbinas y generar la electricidad. Una ventaja de éste tipo de plantas es que se las puede dotar de sistemas de almacenaje del exceso de calor mediante sales (sodio fundido) guardadas en depósitos isotérmicos, lo que les permite funcionar a plena carga hata 7,5 horas despues de la puesta de Sol. Otra ventaja es que se las puede asociar con plantas convencionales de gas natural, de este modo la planta puede funcionar las 24 horas del día produciendo electricidad bajo demanda. Esa elasticidad, y la capacidad de almacenar el exceso de energía en forma de calor, las convierte en especialmente competitivas frente a otras energías renovables.

Planta de receptor parabólico.
Sus fundamentos ecológicos se basa en cierto sentido en el de un auomóvil hibrido. Si hay Sol se utiliza esta fuente de energía de manera preferente, si se produce en exceso se almacena, y cuando la demanda eléctrica es superior a la producción, se recurre a la planta de gas natural asociada. De este modo la emisión de gases de efecto invernadero se reduce considerablemente.

Otra de las ventajas de las plantas termosolares es la de producir hidrógeno a precios competitivos. En las plantas de receptor central se puede producir hidrógeno mediante ciclos químicos (ver entrada sobre producción de hidrógeno) gracias a que se alcanzan temperaturas de hasta 1000ºC.
Entre los problemas que impiden una mayor difusión de este tipo de tecnología se encuentran la necesidad de utilizar enormes extensiones de terreno, que además debe ser completamente llano y con una alta insolación. Eso limita el número de localizaciones idóneas a unos pocos desiertos a nivel mundial que presentan cielos impolutos, pero donde puede ser complicado encontrar el agua necesaria para la refrigeración y limpieza de los espejos.

Planta de ACCIONA en el desierto de Nevada (USA)

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