21 de agosto de 2011

RESERVAS DE URANIO

Mineral: oxido de uranio
Con los niveles de consumo del año 2009 hay uranio para los próximos 92 años. Actualmente se consume 68.000 tU/año y las reservas conocidas en 2009 ascendían a 6.300.000 tU. Los detractores de la energía nuclear aducen escasez de uranio para poder suplir un incremento en el uso de la energía nuclear. Según muchas corrientes ecologistas las centrales nucleares no podrán suplir la energía que demandará la sociedad en las próximas décadas, debido a que las reservas de Uranio se están acabando al igual que las del petróleo. El argumento se basa en que las reservas actuales solo tienen que atender la demanda de 440 reactores nucleares, que dan cuenta del 5,21% de la energía primaria mundial. Puesto que para sustituir a todas las energías fósiles sería necesario multiplicar esa cifra por 17, las reservas de uranio apenas alcanzarían para mantener a las centrales nucleares antes de que terminara su vida útil de 60 años.

Visto groso modo el argumento parece irrebatible pero, en la práctica, tiene muchos puntos débiles. El argumento de partida ya es, de por sí, descabellado. No es necesario sustituir todas las fuentes fósiles de energía al mismo tiempo. Sin duda, en un mundo ideal eso disminuiría drásticamente las emisiones de dióxido de carbono. Pero, incluso en el caso de que deseáramos hacer tal cosa, (un efecto invernadero moderado es beneficioso para nuestra civilización), sería una tarea titánica y alejada de la realidad. Muchos países carecen de estabilidad, recursos económicos y personal cualificado para llevar a cabo un proyecto nuclear. No se puede pedir a muchos países del tercer mundo que recurran a la energía nuclear para que no contaminen, cuando sus propios gobiernos no consiguen permanecer en el poder mucho tiempo. Más realista resultaría que los países industrializados sustituyeran una parte importante del carbón y el petróleo que consumen por energía nuclear. Con disminuir los requerimientos de energía fósil en un 25% para el caso del petróleo y en un 50% para el carbón, el clima mundial lo agradecería y el problema de la escasez de energía se terminaría por un largo periodo de tiempo. Para conseguir ese objetivo, solo habría que desarrollar 4,5 veces más energía nuclear que la que existe en la actualidad. Menos de 1.500 centrales modernas. Hay que recordar que hace apenas 20 años, se llegaron a planear más de 2.000 proyectos por todo el mundo. No se trata pues, de cifras descabelladas a corto plazo

Aún así, los ecologistas más reticentes pueden seguir objetando que falta uranio para multiplicar por cuatro veces la energía nuclear actual. Pero eso es síntoma de una cierta ignorancia sobre el funcionamiento de los procesos de búsqueda y extracción en minería. El uranio es uno de los elementos más abundantes de la corteza terrestre. Por lo que, una vez incrementamos los recursos destinados a búsqueda y explotación podemos observar un aumento concomitante de las reservas. Si comprueban el gráfico que se expone a continuación, podrán ver lo ocurrido en los últimos decenios. Obsérvese que conforme se incrementan los recursos económicos destinados a explotación (línea punteada), le siguen de cerca la aparición de nuevos yacimientos. Solo en el periodo (2005-2006) las reservas se han incrementado un 15%. Visto a más largo plazo, las reservas de uranio se han triplicado desde 1975, en línea con el aumento del gasto en explotación. La disminución que se aprecia en la década de 1983 -1993 fue debida a cambios estadísticos en los criterios de cuantificación de las reservas. El cambio que se observa en el periodo 2007 – 2009, también se debe a una reclasificación de los recursos más económicos <80 $ a un rango de precios de extracción superior 130 $ y 260 $.



Podemos distinguir los siguientes periodos de explotación. El primer periodo de explotación (1945 -1958) fue de índole exclusivamente militar. El segundo periodo (1974 – 1983) ya fue civil. A este periodo le siguió una larga parálisis del sector debido a los bajos precios, grandes stocks de material militar por eliminar y escasa demanda agregada, que abarcó desde (1985 -2003). En el último periodo de explotación (2003 -2009) se han iniciado 600 proyectos diferentes y han aparecido 400 nuevas empresas. Todo indica que estamos aún en una fase muy temprana de la explotación a gran escala del uranio, lejos de las maduras explotaciones del carbón y el petróleo.

En el mundo existen muchos recursos que hasta ahora eran despreciados o mirados con desdén, son los llamados recursos no convencionales del uranio. Ese es el caso de las reservas de fosfatos de Florida, de donde provenía el 20% del uranio estadounidense en 1990. El uranio de Florida no es más que un subproducto de la explotación de fosfatos, por lo que su extracción exclusiva no resultaba rentable, dados los precios de la época. Con una eventual subida de precios, los recursos existentes en Florida volverían a ser tenidos en cuenta. Algo parecido ocurre con las vastas reservas de fosfatos de Marruecos. O con las reservas derivadas de la minería del carbón, dónde el uranio es frecuentemente un producto secundario que se desecha.



A todas estas posibilidades de explotación futura hay que añadir una noticia aparecida este mismo año en la India, en la que la recalificación de un yacimiento en explotación desde 2007 ha multiplicado las reservas hasta 49.000 t desde las 15.000 iniciales. Y puede que alcancen las 150.000 t en próximas revisiones. La India pasaría así, a tener en un solo yacimiento el 1,5% de las reservas mundiales y casi igualar las reservas de China. Un importante salto adelante con el que nadie había contado. En el mundo existen numerosos países en los que no se ha realizado datación alguna debido a la inestabilidad política, como ocurre en muchos países africanos. Por lo que son previsibles más noticias de este tipo en un próximo futuro.

El precio es otro factor clave a tener en cuenta para entender los periodos de búsqueda de nuevos yacimientos. La cantidad de uranio recuperable depende directamente del precio del mineral. Hay que considerar que la energía extraída del uranio es la más barata del mundo. Por cada átomo de combustible utilizado se obtiene una energía 100 millones de veces superior a las reacciones químicas de combustión. Esto significa que incluso con el precio más elevado (260 $/kg), la energía nuclear aún seguiría siendo económicamente competitiva. Y las reservas de uranio a ese precio, solo acaban de empezar a cuantificarse.

Resumiendo:
  1.  No hay que sustituir todas las energías fósiles al mismo tiempo, bastaría con una porción considerable del carbón y el petróleo.
  2. El uranio es un elemento muy abundante en la corteza terrestre.
  3. Cuando se han incrementado los recursos destinados a búsqueda y explotación, las reservas no han parado de incrementarse, y no hay signos que indiquen un cambio de tendencia en el futuro.
  4. Incluso en la banda de precios más elevada la energía nuclear sigue siendo económicamente competitiva frente a otras fuentes de energía.
  5. Los reactores nucleares modernos son más eficientes y consumen menos uranio que los antiguos.
  6. El verdadero futuro nuclear a largo plazo pasa por la utilización del Torio, un combustible tres veces más abundante que el uranio, que eliminaría la proliferación nuclear y reduciría en un 70% el volumen de residuos.

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