21 de septiembre de 2011

¿POR QUÉ NOS GUSTA TANTO TOMAR EL SOL?

Se han preguntado alguna vez por qué nos gusta tanto tumbarnos en la playa a tomar el Sol, ¡vuelta y vuelta! No, ciertamente no somos organismo fotosintéticos como las plantas, nuestra energía la obtenemos de los alimentos que ingerimos. Sin embargo, sí que existe un nutriente que se obtiene principalmente de nuestra exposición al Sol, la vitamina D. Los últimos estudios sobre la vitamina D han demostrado que es crucial en la prevención del cáncer y de enfermedades infecciosas, así como en los trastornos inmunitarios y los procesos de osificación.

La presencia de vitamina D en el organismo es esencial para evitar la aparición de raquitismo, debido a que interviene en la regulación genética del proceso de osificación. Aunque para ser exactos la forma biológicamente activa de la vitamina D, denominada 1,25 D, regula más de 1000 genes de nuestro organismo repartidos por una docena de tejidos, entre los que encontamos: hueso, cerebro, mama, riñón, hígado, páncreas, próstata, sistema inmunitario, sistema nervioso, glándula paratiroidea, grasa e intestino.

De ahí que su papel sea fundamental en la prevención del cáncer de colon, mama y próstata. El cáncer de ovarios tiene un riesgo hasta cinco veces mayor en las mujeres que viven a latitudes elevadas (Rusia, Suecia, Finlandia, Canadá) que en las mujeres del ecuador debido a la falta de luz solar en los meses de invierno. Lo mismo ocurre para el caso de la esclerosis múltiple, donde unos adecuados niveles de vitamina D en el organismo disminuyen en un 62% el riesgo de padecerla.

Las fuentes de obtención de una vitamina tan crucial son escasas. Las vitaminas D2 y D3 se encuentran de forma natural en algunos nutrientes, pero en muy escasa proporción, por lo que nuestra principal fuente de obtención es la síntesis en la piel (queratinocitos) bajo el influjo de los rayos ultravioletas B procedentes del Sol. Entre los nutrientes naturales en los que podemos encontrar la vitamina D se encuentran:
  • Yema de huevo, 20 UI D3 o D2. 
  • Productos lácteos enriquecidos, zumo de naranja o cereales (una ración) 60-100 UI D3 o D2.
  • Atún cocido, sardinas, arenques y salmón (85 – 100 gr) 200 – 360 UI D3.
  • Aceite de hígado de bacalao 1 cucharada 1360 UI D3.
  • Algunos tipos de setas secas 100 g 1600 UI D2.
La obtención por la exposición corporal a los rayos UVB del Sol (20 minutos al mediodía, en verano, para una persona de piel clara) 10.000 UI D3. En este punto hay que tener en cuenta que la raza determina profundamente la velocidad de síntesis de la vitamina D. Cuanto más oscura es la piel, más melanina encontramos en sus células, y mejor se bloquea la entrada de la radiación UVB al interior de la piel. Por este factor las personas de piel clara producen vitamina D seis veces más rápido que las de piel oscura. Eso lleva a que las personas de color que emigran a latitudes elevadas tienen que tener más cuidado que las demás para obtener una dosis adecuada de Sol. Muchos niños de color suelen desarrollar raquitismo en países como Noruega, Suecia o Finlandia, de ahí la necesidad de prestar especial cuidado a este factor.

Con esto queda claro los beneficios de tomar el Sol, aunque siempre con moderación, unos minutos todos los días es suficiente.

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