29 de septiembre de 2011

A VUELTAS CON LOS EXTRATERRESTRES

Extraterrestres malévolos
En la actualidad proliferan con cierto éxito las películas y series sobre extraterrestres malévolos que vienen a la Tierra a robarnos nuestros recursos. Sin duda resulta curioso como se refleja la psique social en las películas. Ahora que entramos en un era de madurez para la humanidad en la que somos plenamente conscientes de las limitaciones de los recursos naturales, ideamos una amenaza exterior que viene a robarnos lo poco que tenemos en la Tierra.

 Lo que resulta lamentable, es la escasa cultura científica de los productores, guionistas y directores estadounidenses. Los extraterrestres que nos proponen en las pantallas parecen salidos de la imaginación de un niño de 3 años, o quizá, de sus pesadillas. Lo cual no supondría ningún problema, si no fuera porque el público al que van dirigidos los productos cinematográficos es de un rango de edades bastante superior. Parece que nadie en Hollywood se preguntó, ¿cómo es posible que un alienígena capaz de construir naves espaciales ultratecnológicas, que permiten los viajes interestelares a años luz de distancia, no tienen ropa para tapar sus vergüenzas? En otras palabras, vienen a la Tierra como dios los trajo al mundo, ¡desnudos! Y ya no es solo que resulte culturalmente poco creíble, es que su avanzada civilización estaría incurriendo en riesgos descomunales. Sus avanzados ciudadanos se estarían exponiendo a los microbios patógenos terrestres y quizá, a la nociva composición de una atmósfera no totalmente compatible con sus vías respiratorias.

Solo tenemos que ver lo que ha ocurrido a lo largo de nuestra historia para comprobar lo que ocurre cuando una civilización, con sus propios microbios, invade otra. Y no se me ocurre mejor ejemplo para demostrarlo que lo que ocurrió con la invasión del Nuevo Mundo a partir de 1492 por parte de los españoles. Para los indígenas del nuevo mundo, las Carabelas españolas no debían diferir mucho de lo que nos parecería a nosotros una nave espacial interestelar. No es que ellos desconocieran las embarcaciones, pero naves capaces de cruzar todo un océano eran impensables. Para construirlas era necesario conocer tecnologías que ellos desconocían completamente, a lo que hay que añadir nuevas tecnologías que permitían la navegación, como la brújula, el astrolabio o el catalejo. Las civilizaciones americanas poseían un lenguaje verbal y uno matemático, pero aún no habían dado el paso a la indagación racional del universo (la filosofía) y mucho menos, habian dado el gran paso de probar las teorías basándose en datos experimentales (la ciencia). Pero lo que sin duda no esperaban los indígenas es que los dioses extranjeros portaran enfermedades terribles con ellos, como la viruela, el sarampión, la varicela, la peste negra, el paludismo, la difteria, la tosferina, el tifus, o la rabia canina. Enfermedades para las que sus sistemas inmunes no estaban preparados. Debido a las enfermedades llevadas por los europeos al nuevo continente, murieron entre un 30 y un 95% de la población nativa americana. Aunque los españoles también trajeron del nuevo mundo algunas enfermedades desconocidas hasta la fecha en Europa (malaria, fiebre amarilla y sífilis), estas fueron mejor controladas y tuvieron escasa repercusión en una sociedad acostumbrada a lidiar con grandes epidemias.

 Pero, ¿por qué fueron los españoles los que tenían las enfermedades más terribles y no fue al revés? Sin duda una excelente pregunta que merecería una larga respuesta. Pero aquí no disponemos de espacio para ello, por lo que solamente comentaré que los españoles venían de un mundo Europa, con una densidad de población mucho mayor que la del continente americano. Donde el comercio y los movimientos de población habían permitido la aparición y extensión de terribles epidemias que provenían del lejano oriente, África o de los países escandinavos. Epidemias que la mayor parte de las ocasiones se originaron en las granjas, por la domesticación del ganado. Los microbios suelen mutar con cierta facilidad, y tienen tendencia a saltar del ganado doméstico a los humanos. Los Aztecas, Mayas e Incas carecían de una cultura ganadera tan extensa y variada como la europea. Creo que con esto queda claro que los supuestos alienígenas tomarían medidas extremas para no contagiarse con patógenos humanos. De hecho, ¡a ellos les bastaría con estornudarnos en la cara para exterminar a la raza humana!

Pero volviendo al mundo del cine y las teleseries, más patético resulta comprobar que esos “bichos” extraterrestres no tienen siquiera unas manos útiles con las que manipular el mundo. Lo que ya consiguieran nuestro lejanos antepasados los Homo habilis, los extraterrestres ¡aún no lo han logrado! En lugar de eso, en las series podemos comprobar cómo portan extraños tentáculos en sus extremidades, garras o solo tres largos dedos de medio metro de longitud. Una vez más, caen en el espectáculo por encima de cualquier consideración y con ello insultan la inteligencia del público. ¿Cómo es posible manipular herramientas si no se tiene una mano de reducidas dimensiones con al menos 4 dedos, y con dos de ellos capaces de realizar la pinza de precisión? Si se fijan en sus propias manos comprobarán que el dedo índice y el pulgar pueden oponerse, algo que no pueden realizar con el índice y el anular, o con cualquier otro dedo. Ese pequeño milagro, permite manipular objetos con delicadeza y precisión. Aunque pueda parecernos un logro muy simple, todavía no lo ha conseguido ningún otro animal, ni siquiera nuestros parientes más cercanos, los chimpancés. Los primates no logran realizar la pinza de precisión, en lugar de ello, toman los objetos con cuatro dedos presionándolos con cierta fuerza contra la palma de sus manos.
Alien
 Finalmente y siendo precisos, también hay que descartar estructuras de locomoción absurdas como tener ocho patas para moverse por el mundo, estructuras craneales en las que predominan grandes osificaciones, etc, etc. La razón en este caso quizás les resulten más lejanas, pero no por ello dejan de estar presentes. Los humanos tenemos un cuerpo muy grácil y estilizado debido a que nuestros huesos han adelgazado hasta la mínima expresión, y nuestros intestinos se han reducido al máximo. Y todo ello ha ocurrido con el fin de dejar energía libre disponible para nuestro cerebro. El cerebro es un órgano de pequeñas dimensiones pero que consume una gran cantidad de energía, equivalente a una bombilla de 60 W. El 20% de nuestro gasto energético en reposo proviene del cerebro. Eso significa que nuestro organismo tiene que aumentar la eficiencia del resto de los órganos del cuerpo para lograr tener más energía disponible para el cerebro. Si no fuera así tendríamos que pasarnos la mayor parte de nuestra vida diaria ingiriendo comida, con lo cual, tener un cerebro inteligente no nos supondría una gran ventaja. También nuestro sistema locomotor provisto de solo dos piernas en lugar de cuatro patas, resulta energéticamente ahorrador a la hora de recorrer grandes distancias.

Me dejo en el tintero montones de rasgos menos evidentes, pero igualmente importantes. Creo que con lo ya expuesto queda claro que la fisiología de un alienígena, sea cual sea su procedencia, tiene que tener una gran cantidad de rasgos en común con nosotros. 

¡Esperemos que estos conocimientos lleguen algún día a los despachos de Hollywood!

No hay comentarios: